Don Manuel López (88) y doña Carmen Venegas (83) están celebrando un hito de amor y compromiso inigualable: 70 años de casados. Desde el primer ‘sí’ hasta hoy, esta hermosa pareja ha compartido alegrías, desafíos y un sinfín de recuerdos, construyendo una historia que inspira a todos los que tienen la fortuna de conocerlos.

Ellos han visto pasar generaciones, han sido testigos de cambios, pero su amor ha sido el ancla que les ha dado estabilidad y fortaleza en cada etapa de la vida. Este aniversario de titanio no es solo un reflejo de los años, sino de la dedicación, el respeto y la bondad que se han demostrado mutuamente. Su descendencia consta de 11 hijos, 45 nietos, 77 bisnietos y 6 tataranietos.

Doña Carmen aún recuerda aquel día de Jaripeo en el Valle de Mexicali, donde conoció a Don Manuel quien trabajaba como un operador de Tractor abasteciendo agua a la familia de ella, en la pizca de algodón. “Solo nos mirábamos ya que mi mamá me cuidaba mucho, pero a la vez nos decía, la que se case con el güero se va a rayar porque es bien trabajador”, expresa sonriendo. Luego de flirteo va, flirteo viene, se juntaron y empezaron esta historia de amor llena de anécdotas como cuando en un pueblo indígena Doña Carmen iba en una carreta conversando con Don Manuel y ella se cayó y él ni cuenta se dio hasta que volteó y la vio bien lejos tirada en el suelo toda enterrada. A los varios meses, se casaron.

 Cuentan que a veces no tenían donde vivir y dormían en medio de sacos de algodón. “Allí pasábamos la noche mirando las estrellas” dice muy sonriente Doña Carmen. Luego, construyeron su primera casita a base de ramas de cachanilla. Con su esposo, ella aprendió a escribir, a leer y a preparar tortilla

Don Manuel, desde su juventud trabajó operando un tractor y en mecánica. Con mucha gracia cuenta que durante una temporada tuvo que vender churros porque no había trabajo. “Por la necesidad tenía que hacerlo. Nunca había vendido nada. Tenía vergüenza. Así que me fui al desierto y allí practicaba: ¡churros! ¡Churros! Luego pasó a vender tacos de caguama.

Años después la pareja se bautizó como cristianos. Don Manuel llegó a ser el pastor de su iglesia. Ellos son los padres del conocido pastor de la Iglesia de Dios Pentecostal MI en Prescott Valley, Daniel López y del Pastor de una iglesia de Paulden, Isaac López.  

La vida no es fácil, comenta Doña Carmen, pero “hay que echarle ganas. Si la pareja pone a Dios entre sus vidas, las situaciones, los problemas serán llevaderos¨, sostiene, agregando que cada uno tiene que cumplir con el papel que le corresponde. Las palabrerías y las ofensas hacen mucho daño. Una vez que se dicen, ya valió porque, aunque se pida perdón, se hirió a la persona, indica Doña Carmen.

“Desde el primer día hemos asumido que el matrimonio es para siempre”, dice Don Manuel. “Tienes que hacer lo que tienes que hacer y de ninguna manera hemos sido perfectos en nuestro matrimonio”.

“Hemos tenido discusiones. Hemos tenido desacuerdos, pero en las cosas importantes estamos más o menos en el mismo camino”, agregó. “Cuando ella se quejaba yo solo la miraba y ella me preguntaba, qué no vas a decir nada. A lo que le respondía, es mejor un loco en la casa que dos locos juntos¨.

Cada año ha sido una página más en un libro que ahora cuenta siete décadas de amor, con capítulos llenos de aventuras, momentos de aprendizaje y apoyo mutuo. Su historia nos enseña la importancia de cultivar el respeto, la empatía y la unión, incluso en los tiempos difíciles. Los esposos enfatizaron en que la buena comunicación y la comprensión son los secretos de la felicidad duradera.

¡Felices 70 años de amor, Don Manuel y Doña Carmen ¡Que sigan compartiendo muchos más!