Faical: El tesoro arqueológico de Perú con las pinturas rupestres más extensas de Sudamérica

¿Sabías que en el Perú se encuentran las pinturas rupestres más extensas de Sudamérica? Hace 5,000 años A.C., el hombre de Faical dejó su huella imborrable sobre piedra en un cerro que durante muchísimos años permaneció cubierto por la frondosa vegetación y posteriormente fue descubierto por los lugareños.
El sitio arqueológico está ubicado en la provincia de San Ignacio, Cajamarca, en la frontera con Ecuador. Sin embargo, no fue hasta el año 2000 cuando fue declarado Patrimonio Cultural de la Nación por el entonces Instituto Nacional de Cultura (INC).

Las pinturas rupestres se extienden a lo largo de 400 metros lineales de roca sólida y están distribuidas en 11 paneles que contienen un total de 1,164 figuras, predominando el color rojo. Este impresionante arte prehistórico fue creado por la etnia Faical, que habitaba en los abrigos naturales a orillas del río Chinchipe, en el período lítico. Según el arqueólogo peruano Segundo Ramos Ávalos, esta comunidad tenía una organización social jerarquizada, gobernada por un líder principal apoyado por un chamán y guerreros cazadores.
Las pictografías que adornan las rocas revelan una gran diversidad de estilos artísticos. Se destacan el estilo semi-naturalista, con siluetas desproporcionadas; el estilo antropomorfo, zoomorfo y zoo-antropomorfo, que muestra seres humanos con atributos de animales; el estilo mágico-sub-realista, relacionado con creencias rituales y mágicas; y el estilo geométrico estereotipado, con formas geométricas, círculos, rayas y puntos, representando figuras humanas o máscaras.
El antropólogo Jesús de la Cruz sostiene que los Faical habrían penetrado el territorio peruano siguiendo el curso del río Chinchipe, que nace en Ecuador. En sus márgenes encontraron condiciones favorables para sobrevivir, antes de emigrar hacia el otro lado del río, en áreas como Potrero y Yararague, donde también existen pinturas rupestres en menor escala.
El cerro Faical fue un lugar de interés para los estudiantes durante las celebraciones del Día de la Juventud, hasta que en 1996 la municipalidad provincial de San Ignacio, buscando alternativas a la crisis cafetalera, diseñó un proyecto para poner en valor este patrimonio. Con la colaboración de los lugareños, quienes participaron en el deshierbe del área arqueológica, el arqueólogo Ramos y su equipo comenzaron a descifrar las figuras y escenas, transcribiéndolas en una maqueta para su posterior análisis e interpretación.
En mayo de 1997, Ramos presentó los resultados de las investigaciones sobre las pinturas rupestres de Faical, marcando el primer paso hacia su conservación y puesta en valor. En 1999, se inició el mejoramiento del circuito interno, pavimentando el acceso con piedras para preservar la armonía con el entorno natural de las pinturas, y se construyeron gradas y un mirador para facilitar la apreciación de los dibujos. También se instalaron servicios higiénicos y se llevaron a cabo eventos de capacitación y sensibilización para los lugareños, con el fin de promover la conservación y desarrollar el turismo.
Hoy en día, cientos de visitantes llegan anualmente para vivir una experiencia única al encontrarse cara a cara con este arte prehistórico que data de 5,000 A.C y que durante muchísimos años fue custodiado por la naturaleza. Para llegar desde Lima, la capital del Perú, los turistas deben viajar a Chiclayo (Capital de Lambayeque), ya sea por vía terrestre o aérea, y desde allí tomar un bus hacia la ciudad de Jaén. Luego, otro transporte los llevará a lo largo de 115 km hasta la provincia fronteriza de San Ignacio, donde tomarán combis para recorrer los 14.8 km restantes hasta Faical, en un trayecto de aproximadamente 30 minutos. Una vez allí, el reencuentro con el pasado es, sin duda, una experiencia inolvidable.
Maria Luisa Soto: marialuisasotoss@gmail.com