La piraña y los tiburones
En el mar de San Idelfonso, los animales discutían por quien debía de reinar y dirigir las decisiones de la riqueza que existía en la inmensidad de las aguas. Los más interesados eran las pirañas y los tiburones, quienes aludían a su ferocidad con la que actuaban para hacer sentir su poder entre las demás especies hidrobiológicas.
El mar era uno de los más ricos no solamente en plancton, sino en minerales y petróleo, pero que no lo explotaban por la presencia de las especies de tanta peligrosidad como las pirañas y los tiburones.
Llegado el momento todas las especies eligieron a sus representantes para la gran asamblea. Fueron los tiburones que infundieron más temor en las especies menores, por lo que obtuvieron mayoría en la asamblea, mientras que para presidir el gobierno fue elegido el sauron en la presidencia y la piraña como vicepresidenta, entre engaños sometieron a todas las especies para ser elegidos.
Iniciado el gobierno, los tiburones no estuvieron de acuerdo que el sauron presida el gobierno, por lo que se pusieron de acuerdo con la piraña para que hagan una serie de jugadas y así puedan vacar al sauron y fuera ella quien asuma la dirección del gobierno del mar de San Idelfonso.
La piraña no lo dudó y pensó que sería la primera de su especie que asuma el gobierno por lo que alcanzó toda la información requerida hasta desaforar al sauron y convertirse en la nueva gobernante.
Sin embargo, los tiburones, debían de jugar su partido aparte, por lo que someterían a la piraña a sus intereses para imponer sus condiciones en el gobierno del mar y aprovechar toda la riqueza.
Una vez que la piraña ya gobernaba, los tiburones la convocaron y le hicieron recordar que gracias a ellos, se había convertido en la gobernante del mar de San Idelfonso y que además, también podían sacarla del gobierno sino obedecía a sus “recomendaciones”. Entonces lo primero que hicieron fue que todos los miembros de su equipo de gobierno sean a fines a los intereses de los tiburones, para que no tengan problemas en el diario desplazamiento en las aguas del mar de San Idelfonso.
A la piraña la dejaron que haga a sus anchas lo que ella quisiera con las especies menores e indefensas, pero debía obedecer al detalle lo que los tiburones de la asamblea legislativa querían para su provecho.
Entonces los tiburones empezaron a navegar a sus anchas en el mar de San Idelfonso, a depredar todo lo que pudieron y se adueñaron de cada rincón del mar, sometiendo a las especies indefensas, generando un caos y terror; se adueñaron de la riqueza marina y provocaron hambre y miseria en los peces menores, por lo que muchos tuvieron que migrar a otros mares hasta que tanta fue la ambición y codicia de los tiburones y la piraña que, a pesar de la subordinación, empezaron a pelearse por la riqueza y se enfrentaron. Primero entre tiburones. Unos por atrapar más presas, lo que generó la persecución entre ellos, mientras que la piraña acaparaba también con lo suyo, y las pirañas de su grupo se enardecieron y la enfrentaron.
Así se generó un enfrentamiento entre tiburones, pirañas y de repente el mar de San Idelfonso fue saqueado de su riqueza, se convirtió en un campo de disputa que ya nadie se protegía, ni defendía, lo que motivó que las especies marinas se unieran y le hicieron frente a esta ola de abuso, promoviendo una nueva elección de sus líderes.
Así salieron elegidos los delfines como nuevos miembros del gobierno, quienes empezaron a reconstruir todo el habitad marina del mar de San Idelfonso, buscando el bienestar para todas las especies.