El pueblo católico de Chiclayo-Perú vive gran euforia por designación de su ex obispo como Papa León XIV

«…Saludos…de modo particular a mi querida Diócesis de Chiclayo en Perú…» dijo rompiendo el protocolo el Papa León XIV en su primer discurso, en la Plaza San Pedro, en el Vaticano, ante miles de fieles de diferentes países del mundo; y a los chiclayanos nos sonó a música celestial.

Chiclayo, es la capital de Lambayeque en el Perú y aquí el norteamericano Robert Prevost Martinez, ejerció el cargo de obispo de la Diócesis durante ocho años, obteniendo la nacionalidad peruana.

Y la euforia de Roma por la elección del nuevo Papa, se desató también en la «Ciudad de la Amistad» como se le conoce a Chiclayo. Las redes sociales explotaron con historias, fotos, anécdotas, memes y creatividad publicitaria, como la del restaurante que colocó un cartel señalando «Aquí comió el Papa».

Chiclayo, con toda su riqueza gastronómica, turística y cultural, ahora es el epicentro del mundo y se ha desatado una especie de Papamania. Periodistas de diversos países han arribado para conocer aquella ciudad que conquistó al Papa. Se han apostado frente a la emblemática catedral Santa María, en pleno corazón de Chiclayo, donde el entonces obispo Robert Prevost oficio sus homilías. Aquí han entrevistado a sus colaboradores, compañeros, amigos, feligreses y periodistas locales que han resumido su labor pastoral en dos palabras: humildad y solidaridad.

 Prevost fue un obispo cercano al pueblo, que caminaba por las calles como cualquier ciudadano y que acudía personalmente a socorrer a los más necesitados. Han compartidos fotos y vídeos donde se le aprecia en botas en medio de las inundaciones por lluvias, repartiendo alimentos, sirviendo comida y montado en caballo recorriendo la zona altoandina. También aparece cantando villancicos, dando el sacramento de la confirmación y exhibiendo la Hostia Consagrada en plena pandemia mientras la población estaba en casa cumpliendo el aislamiento social. Este gesto nos llenó de paz y esperanza. A través de una campaña de recolección de fondos, logró comprar la primera planta de oxígeno para dar vida a los enfermos de COVID y ahora vuelve a dar respiro a Chiclayo, imbuido en sus múltiples problemas, a consecuencia de las malas gestiones municipales marcadas por la ineptitud y la corrupción.

Hoy Chiclayo, vuelve a tener esperanza, gracias al corazón agradecido del Papa Robert Prevost que en el momento cumbre de su vida, a miles de kilómetros de distancia y divido por un océano, saludo al fiel pueblo católico de Chiclayo que tiene como sus máximas expresiones de fe, al Divino Niño del Milagro en Ciudad Eten y a la santísima Cruz de Motupe, devociones que él incentivó durante su labor pastoral.

Algo ha ocurrido en Chiclayo, luego de la mención del Papa, una alegría ha germinado en el corazón de los hombres y mujeres católicos y no católicos, adormecidos, tal vez por la rutina, la crisis económica y la involución de la ciudad.  Se ha encendido una chispa de esperanza, de orgullo y de identidad.

El papa León XIV es tema de conversación en las calles, en las plazas, en los mercados, en los taxis y hasta en los bares. Ahora todos los peruanos quieren ser chiclayanos.

Gracias su santidad León XIV por tu saludo y bendiciones, haber pronunciado la palabra «Chiclayo» en la Plaza de San Pedro ha sido lo mejor que nos ha pasado en muchísimo tiempo. Hoy nos toca orar por Ti y hacernos dignos de tu cariño y consideración. Que viva el pueblo fiel de Chiclayo que a los ojos del Papa León XIV ha dado tanto para ser iglesia fiel de Jesucristo.

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