“Todos disponemos de los recursos necesarios para vivir en equilibrio con lo que es”
Éste principio podemos aplicarlo en distintos escenarios. Si deseamos lograr algo, todos podemos hacerlo, es decir, podemos aprender todo aquello que nos hace falta para lograr un objetivo, en caso de no aprender somos capaces de encontrar los recursos que nos faltan en otras personas o lugares. Por lo que, si “Mente y cuerpo forman un binomio perfecto y disponemos de todos los recursos”, seremos capaces de percibir la realidad de la forma más correcta, enfocándonos de forma que seamos más felices y así evitar el sufrimiento innecesario. El ego Cuando somos pequeños no tenemos problemas de ninguna manera, ni económicos, ni religiosos. Cuando empezamos a crecer, el ego quiere algo para identificarse, algo en lo que agarrarse, así que entonces es cuando comenzamos a sentirnos confusos e insatisfechos. Confundimos nuestra realidad con la realidad verdadera. Confundimos nuestra identidad de ahora con la identidad verdadera del ser. Tenemos la capacidad para examinar nuestra propia mente, podemos ver si estamos pensando de manera positiva o negativa. El “Yo quiero” es hacernos cada vez más infelices. A veces cuesta identificar cuando es nuestro ego y cuando no. Todo lo que nos hace bien a nosotros y a los demás no es el ego. Todo aquello que nos lleva a empatizar con los demás, a sentirnos uno con ellos a la compasión y el Amor no es ego. Ego es hacer algo simplemente por conseguir trofeos o sacar partido para nuestro propio beneficio, prescindiendo del sentimiento de los demás y haciéndoles daño, a ellos y a nosotros mismos en nuestra esencia. Uno puede engañar o matar a alguien, simplemente porque su ego saca un beneficio, puede ser el de engañar o no ser controlado, por ejemplo. Matar o herir a alguien y sentir el placer es un ego inmenso. Engañando consideras a los demás menos que Tú, esta situación lleva a sentirnos que dominamos la situación, aunque cada uno sabrá el beneficio que le proporciona. En cualquiera de los casos, la falta de autoestima está es el principal factor por tratar. Casos más simples, querer ser el primero, ir de salvadores de otros, desear que los demás hagan lo que uno desea en vez de hoy por ti y mañana por mí. Para gestionar el ego personalmente creo que no hay ejercicios sino decisión y conciencia. Primero decidir que deseas gestionarlo y después ir observándote en cada momento que no veas claro o que te recriminen qué hay de razón. Es ser sincero con uno mismo y no autoengañarse. El ego se camufla muy sutilmente muchas veces y uno ha de querer de verdad aprender a gestionarlo. “Cuando el alumno está preparado, aparece el maestro” Si de verdad lo deseas la vida te pondrá en el camino las situaciones y los maestros adecuados para cada momento. Gracias por estar.
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