El presidente Donald Trump volvió a tachar a los inmigrantes de criminales durante su discurso sobre el Estado de la Unión que dio al mencionar dos casos -uno en Nueva York y otro en California- de indocumentados acusados de asesinato.

Culpó de esos homicidios a las políticas adoptadas en las llamadas “ciudades santuario” que protegen a los indocumentados al no entregarlos a la Oficina para el Control de Inmigración y Aduanas (ICE).

Y arremetió específicamente contra Nueva York y California cuyas políticas santuario impidieron que agentes de ICE tomaran en custodia a quienes son acusados de cometer esos crímenes.

Trump se refirió a la muerte de María Fuertes, una anciana de 92 años de edad originaria de República Dominicana, quien fue asesinada en Nueva York supuestamente por un inmigrante sin papeles de Guyana.

También mencionó el caso de Rocky Jones, un residente de California que murió tras recibir varios impactos de bala en un tiroteo que protagonizó otro indocumentado.

Los supuestos responsables de ambos crímenes estuvieron detenidos por delitos violentos, pero las autoridades carcelarias de ambos estados no reportaron a ICE cuando salieron de prisión.

ICE culpa a NYPD de liberar a inmigrante acusado de agredir sexualmente y matar a hispana de 92 años

“Estados Unidos debería ser santuario para los ciudadanos estadounidenses que cumplen con la ley, no para extranjeros criminales”, mencionó el presidente.

La Casa Blanca emitió un comunicado para respaldar el discurso de Trump en el que refiere que el año pasado ICE arrestó a 120,000 extranjeros criminales, los cuales serían responsables de 2,000 homicidios, más de 5,000 ataques sexuales, más de 10,000 robos y más de 45,000 agresiones.

 “Mi administración está haciendo un trabajo sin precedente para asegurar la frontera”, dijo Trump. “Mientras el muro se levanta, el tráfico de drogas y los cruces ilegales de inmigrantes van para abajo”.

Advirtió a quienes intentan cruzar la frontera sin papeles que serán arrestados y deportados para después elogiar la colaboración de México, Guatemala, El Salvador y Honduras en la reducción del flujo de migrantes hacia el norte.