EL MITO DEL CHULLACHAQUI

Lo llaman Chullachaqui, que significa pie disparejo, considerado como el guardián de la naturaleza de la Selva, que infunde respeto y temor a propios y extraños. Sus orígenes son inmemorables, lo asocian con el demonio en algunos lugares.

Cuenta la leyenda que sus orígenes más aproximados, es que primero fue un duende, pero que se asoció con el espíritu demoniaco y entonces se convirtió en un espíritu temeroso, adoptando una especie híbrida entre duende y demonio.

Lo relatos cuentan que el Chullachaqui presenta un aspecto de un personaje mitad humano y mitad animal, con un sombrero grande y que oculta un rostro arrugado, con una prominente nariz, orejas puntiagudas y ojos rojos. Es de una estatura más o menos de un metro y viste todo harapiento con unas sonajas entre su vestido que, en algunas ocasiones los hace sonar temerosamente y cuando camina deja sus huellas de sus pies ladeados que muchos dicen que un pie es de humano y el otro de animal desconocido, que puede ser de venado, sajino, tortuga o hasta de gallo, que recorre la inmensidad de la Selva cuidando que no se atente contra ella y solo a los lugareños no les hace nada, porque incluso los cuida.

Asimismo, cuentan los que han tenido una experiencia con el Chullachaqui, que se presenta bajo diferentes formas. Unas veces bueno, a veces malo o muy cariñoso con los niños, que hasta los secuestra para jugar.

Cuenta la gente de la Selva, que quienes han sido asustados por el Chullachaqui, son mayormente aquellos extraños que llegan a la Selva y pretenden aprovecharse de su inmensa riqueza vegetación y minerales, así como sus mujeres. Cuando el Chullachaqui, detecta la presencia de un extraño visitante, lo sigue para detectar sus intenciones.

Si el extraño pretende atentar contra la naturaleza, el Chullachaqui, hace su aparición con una sonrisa que, incluso, hipnotiza a su víctima y lo conduce hasta un lugar inhóspito de tal manera que lo pierde y es allí donde infunde miedo y terror, obligándolo a salir, si puede sobrevivir, sino que la lección lo aprendan los que quieren ingresar para hacer daño a la Selva.

Sobre todo, el Chullachaqui, infunde su temor y poses demoniacas a los personajes ligadas a la corrupción, a los abusivos y a los que agreden a las mujeres, pero también se han presentado relatos, del secuestro de niños con quienes se pone a jugar, incluso, en la presencia de los padres, aunque ellos no se dan cuenta de repente el niño sonríe y juega alegre, es porque allí está el Chullachaqui.

Por eso es que los habitantes de la Selva, tiene cierto afecto por el Chullachaqui y hasta lo consideran el protector de la Selva o el guardián, que no permite que se atente contra la naturaleza de la Madre Selva.

Por eso cuando vaya a la Selva de Perú, tenga cuidado con el Chullachaqui.

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